Ciudad de México. Integrantes de la comunidad indígena nahua de Santa María Ostula, municipio de Aquila, Michoacán, se solidarizaron con los comuneros purépechas que fueron «cobardamente asesinados por la policía represora de Silvano Aureoles», el pasado cinco de abril, en la comunidad de Arantepacua, municipio de Nahuatzen, en donde cuatro comuneros fallecieron a balazos, dos resultaron heridos y 10 fueron detenidos en un enfrentamiento con policías estatales y municipales.
«Nos duele, porque conocemos el dolor y la rabia que se siente al ver a un niño muerto por las balas asesinas del gobierno que responde con descaro y con cinismo. Nos duele, porque conocemos el miedo que queda en la mirada de los niños que crecen sintiéndose amenazados. Nos duele, porque conocemos la profunda corrupción criminal del gobierno», indicaron los comuneros en un mensaje dirigido a la sociedad en general.
Nos sumamos, añadieron, a la exigencia de castigo de Silvano Aureoles, así como a todos los mandos políticos y militares que orquestaron la masacre en contra de la comunidad de Arantepecua, y exigimos la libertad inmediata de todos los comuneros detenidos.
«Condenamos el terrorismo de Estado, operado por los gobiernos de todos los niveles en las comunidades indígenas de Michoacán a través del uso del Ejército contra la población civil y exigimos la inmediata salida de militares y policías del territorio Arantepacua», señalaron.
Ubicada a 140 kilómetros de Morelia, Arantepacua tiene desde hace 100 años una disputa por la tierra con comuneros de Capácuaro. Los pobladores planeaban realizar una manifestación el miércoles en Morelia, pero la policía les impidió el paso. Regresaron a su comunidad y tomaron la vía libre Morelia-Uruapan, donde retuvieron camiones de pasajeros.
Por la mañana, un grupo de 38 habitantes de Arantepacua se trasladó a Morelia para sostener pláticas con autoridades, con las cuales llegaron a un acuerdo. Sin embargo, al poco rato fueron detenidos por la policía estatal por transitar en un vehículo ‘‘robado’’.
Los pobladores volvieron a tomar la carretera y retuvieron camiones. Fue en este contexto que la policía incursionó en Arantepacua, narró el comunero. Sus compañeros aseguraron que hubo tres desaparecidos y negaron haber comenzado el zafarrancho.
Fuente: La Jornada