La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador – CONAIE, reunidos, el 4 y 5 de octubre 2024, en la Comunidad Ancestral de San Isidro de Pujilí (Cotopaxi), junto a sus regionales CONFENIAE, ECUARUNARI y CONAICE, y guardias indígenas comunitarias de los pueblos y nacionalidades, en el marco del ejercicio de la gobernanza propia y obedeciendo el mandato de “decir haciendo” nos convocamos en el II Encuentro Nacional para seguir fortaleciendo este proceso de resistencia y defensa de vida y territorio.
Consideramos:
- Que el Estado neoliberal mantiene una agenda de ampliación de la industria extractiva (maderera, agroindustrial, minera, petrolera) e inmobiliaria sobre nuestros territorios ancestrales en la Sierra, Costa y Amazonía.
Esta expansión favorece los intereses de empresas y particulares mediante la creación de normas y políticas que los incentivan y protegen sus inversiones;Denunciamos la militarización de nuestros territorios y la concesión de licencias ambientales que vulneran nuestros derechos como Pueblos y Nacionalidades, en particular nuestro derecho colectivo a la consulta y consentimiento previo, libre e informado. - Que, a lo largo de nuestra lucha, el Estado ha sido el primer agente de estigmatización, señalamiento, persecución política, criminalización y asesinato de nuestros luchadores sociales, defensores y defensoras de la naturaleza, así como de las guardias indígenas y comunitarias. El Estado y los medios de comunicación tradicionales han intentado desprestigiar nuestro rol para confundirlo con una alineación al terrorismo o al narcotráfico, reflejando el racismo estructural y colonial del Estado que ha perpetuado y secundado violaciones sistemáticas de nuestros derechos como nacionalidades y pueblos indígenas.
- Que, nuestra vida a nivel familiar y comunitaria está en permanente y creciente riesgo derivado de las diversas y crecientes violencias que se expresan en disputas territoriales, secuestros, violaciones a la integridad física, cultural y sexual, así como el reclutamiento forzado de hombres y mujeres jóvenes, intimidación y amenaza para la venta y para el consumo de drogas por parte de la delincuencia organizada y grupos armados. Haciendo hincapié en lo que ocurre en territorios de frontera y transfronterizos, donde esas violencias están exacerbadas y el Estado está ausente de manera estructural.
- Que, la Guardia Indígena y Comunitaria nace del mandato de nuestros abuelos y abuelas y es una estrategia de resistencia milenaria y colectiva para la defensa de la vida y el territorio frente a las graves amenazas contra nuestros territorios y nuestro pensamiento propio. El bastón, la lanza, el atzial y el símbolo que representa la defensa del territorio y la autoridad de los pueblos y nacionalidades, también simboliza nuestro hacer y nos identifica. Nuestra fuerza está en la espiritualidad, en el mandato comunitario y en el ejercicio de nuestros derechos colectivos, constitucionales, en la jurisprudencia, en la norma internacional y en el derecho a la autodeterminación de los Pueblos y Nacionalidades.
- Que, quienes conformamos las Guardias Indígenas y Comunitarias somos nosotros y nosotras: niños, niñas, adolescentes, jóvenes, hombres y mujeres, abuelos y abuelas de las comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades que hemos recibido y mantenemos el mandato de cuidar y proteger vivos, conocimientos y cultura y en ejercicio de nuestros derechos colectivos a la autodeterminación. La guardia no requiere personería jurídica, autorización o reconocimiento de ninguna institución del Estado, nace desde la autonomía y el derecho propio, la avala y fortalece la comunidad y las organizaciones del Movimiento Indígena.
- Que, la crisis civilizatoria, climática, económica, alimentaria, energética y social nos deshumaniza, alejándonos de nuestras interacciones y vínculos entre los seres humanos con nuestra selva, páramo y mar; nos hace vivir hambre, sequías, incendios, inundaciones, violencias, despojos, desplazamiento, migración entre otros efectos.
Por lo anterior y obedeciendo a las resoluciones del I Encuentro Nacional de Guardia Indígena de diciembre de 2022, del Congreso de la CONAIE de diciembre de 2023 y de la resolución número 8 del Encuentro Nacional contra la minería de marzo de 2024, resolvemos:
Resoluciones Generales:
- Denunciar las graves vulneraciones que viven los territorios de los pueblos y nacionalidades por el avance de la industria extractiva, la inseguridad y las violencias que produce el Estado en nuestros territorios, por ello, toda la estructura del Movimiento Indígena estará activa en defensa del agua, la vida y los territorios.
- Ratificar el rol de las autoridades comunitarias, el ejercicio de la Justicia Indígena y la Guardia Indígena Comunitaria como una respuesta y alternativa justa, culturalmente respetuosa y eficiente para que la justicia y la armonía viva en nuestros territorios. Mucho más, debido al contexto de impunidad y la falta de credibilidad de la justicia ordinaria del Estado y sus instituciones.
- Rechazar rotundamente la presencia de actores armados irregulares, cultivos ilícitos, violencias en los territorios que contribuyen a que las nacionalidades indígenas continuemos en riesgo de exterminio físico y cultural. El Estado y los países desarrollados deben implementar planes, programas y proyectos, que contribuyan a mejorar las situaciones de vulnerabilidad a las que se enfrentan las comunidades.
- Rechazar la construcción de un Centro de Privación de la Libertad en el cantón Archidona (Napo) y en cualquier territorio de los pueblos y nacionalidades indígenas, estas acciones rompen la armonía comunitaria y ponen en riesgo a las comunas, pueblos y nacionalidades.
- Actualizar los estatutos de las comunidades, y de todos los niveles de gobierno, para asegurar la protección y defensa de los territorios y derechos colectivos de las comunas, comunidades, organizaciones, pueblos y nacionalidades, que incluyan el rol de las guardias comunitarias de acuerdo con su identidad cultural, cosmovisión e idioma propio. Así como también, impulsar el rol de las guardias indígenas y comunitarias en los planes de vida y de gobernanza del territorio garantizando la participación de mayores, sabios, sabias, hombres, mujeres, jóvenes, adolescentes, niñas y niños.
- Impulsar la articulación e intercambio de experiencias sobre los procesos de guardia indígena comunitaria a nivel regiona,l y desde nuestra Abya Yala, que contribuyan a fortalecer los procesos de defensa y protección territorial.
- Garantizar la participación y el liderazgo equitativo de mujeres y jóvenes en los espacios de toma de decisión, en los planes de vida y gobernanza territorial, así como en las estrategias de defensa del territorio y con roles de la guardia indígena comunitaria, desde lo espiritual, cultural, político y organizativo.
- Exigir al Estado la promoción, protección y respeto de los derechos colectivos de los pueblos y nacionalidades indígenas que incluye el rol de las guardias comunitarias y la garantía del ejercicio de la autodeterminación en integridad y paz.
Reconocer, celebrar y felicitar la labor que hace cada Guardia Indígena y Comunitaria por la defensa de Vida y el Territorio. Su labor es un ejercicio voluntario, un proceso de vida y de amor al territorio.
